EL FATAL DESENLACE
La policía dio con el cuerpo de Elisa tras las quejas de los residentes del hotel por el color del agua.
La policía no salía de su asombro: era imposible que la joven tuviera acceso a ese lugar. Los recepcionistas aseguraron en su día que “el tanque no tenía fácil acceso y estaba cerrado con llave. Además la tapa pesa considerablemente”. Estaban en lo cierto. De hecho, los bomberos, rendidos, tuvieron que acabar haciendo un orificio al tanque para sacar el cadáver.